Creta es en muchos sentidos, y en muchos rincones, un remanso de paz donde vivir la naturaleza con suma intensidad.
La geografía viene marcada por un centro muy montañoso donde destacan las Lefka Ori (o «montañas blancas» que suelen teñirse de blanco con la nieve). Se trata de una cordillera con picos de casi 2.500 metros, cuya ascensión requiere mucha atención por la dificultad y las extremas temperaturas de invierno y de verano. La montaña Ida, la más alta de la isla (2.456 m.) está situada en el centro, conocida también como Psiloritis, su ascensión de 8 horas, sólo está recomendada para expertos en alpinismo.
Creta es uno de los paraísos de la espeolología, debido a la composición geológica que ha permitido la creación de numerosas y extensas cuevas y gargantas.
Si bien la garganta de Samaria son las más conocidas, no desmerecen las de Imbros (más corta pero más tranquila) o la garganta de Zakros, conocida como el valle de los Muertos, nombre que se relaciona con los enterramientos minoicos.
La ruta por Samaria discurre por el Parque Nacional homónimo, descendiendo la meseta de Omalos por pueblos abandonados hasta desembocar en el mar, en el pueblo de Agia Roumeli. En temporada estival suele tener un tránsito fluido de excursionistas.
Muchos turistas llegan atraídos a Creta por las rutas de senderismo, ya sea siguiendo la famosa E4, una senda europea de trekking que atraviesa la isla de este a oeste.
En una isla no podía faltar la costa, con playas fantásticas y apreciadas por Una de las más reconocidas es la de Elafonisi (o isla del ciervo, quién sabe si porque fue una reserva de estos animales), en una isla separada de la costa por apenas unas decenas de metros que podemos recorrer a pié. Más info de playas
Flora y fauna de Creta
El contacto con la naturaleza es tal que a menudo podremos observarla en estado puro, con especies de animales salvajes. Los más representativos quizá sean los Kri-Kri cabras montesas, además del quebrantahuesos, el Autillo (buho), el halcón de Eleonor, o el Gecko, un lagarto simpático con ventosas en sus extremidades que se encarga de que los mosquitos no nos frían a picaduras. Pero hay más, las mariposas, las abejas o los roedores poblan a sus anchas por toda Creta.
Para los amantes de las flores y plantas, podremos hacer fotos preciosas de olivos, caña cretense, ciclamen, azafrán, amapolas marinas, la orquidia abeja amarilla, o la famosa Dragonera que aparece en mosaicos cretenses.